Tuesday 17th of July 2018 06:07:10 AM

¿Por qué tomamos café?

Valentina Pedrotti

¿Por qué tomamos café?

Como muchas bebidas y sabores en el mundo, el café forma parte de esa famosa lista de gustos adquiridos. Un gusto que desafía la biología humana para darle prioridad a nuestras necesidades sociales y culturales. Un gusto que desarrollamos a lo largo de la vida y que no necesariamente es aceptado por nuestro paladar la primera vez que lo probamos. Si no me creen, denle café a un niño y esperen su reacción luego de tomarlo.

En definitiva, y así lo he podido entender, tanto el consumo de café como las razones por las cuales hemos adoptado esta práctica, han ido evolucionando desde su descubrimiento. Entonces,¿Por qué  consumimos esta bebida? Pareciera una pregunta muy simple, pero, realmente, existen razones culturales, sociales y bioquímicas  detrás de esta costumbre netamente humana. 

Entonces, empecemos!

Ric Rhinehart, una de las personas más influenciadoras en el mundo del café, dijo unas palabras muy interesantes al respecto:  “El café, es un producto que no es nutritivo. No es un gusto innato en nosotros y, además, es un psicotrópico suave y no muy bueno. Sinceramente, existen mejores maneras de embriagarse. Entonces ¿Por qué nos gusta tanto el café?”

Si bien es cierto que el verdadero origen del consumo de café quedará escondido para siempre entre los misterios de Oriente, algunos autores afirman que el café ya  era  conocido por los árabes en los años 800. Es más, las primeras menciones confiables de su uso y propiedades fueron dadas por médicos árabes del siglo IX, tales como Rhazes  (A.D 850- 922) quien menciona por primera vez al café y lo llamaba Bunchum. “El café (o bunchum) es caliente y seco y muy bueno para el estómago”. Al igual que Rhazes, otros médicos contemporáneos como Avicena y Bengiazlahn lo mencionan en sus escritos.

".....Bun es una planta en  Yaman [Yemen] que está plantada en Adar...... Florece de color blanco, dejando una baya como una nuez pequeña y cuando se pela se parte en dos.  Ahora se conoce la baya con el nombre de Kohwak. Cuando se seca y se moja bien, alivia la ebullición de la sangre, es bueno contra la viruela y el sarampión ….”

Pareciera que los inicios de esta práctica cumplieron propósitos medicinales; así como sucedió con otros productos que consumimos hoy en día tales como  el té, el azúcar y el cacao. Para ese entonces, el café era preparado de dos maneras: una, a partir de la decocción de la cáscara y la pulpa y la otra, del grano mismo. El proceso de tueste vino después y es un hecho aparentemente acreditado a los persas.

Aparentemente, las propiedades estimulantes del café empezaron a ser aprovechadas para cubrir una necesidad curativa y poco a poco se posicionó  como un estimulante de la mente y de las ideas. No en vano se ha considerado al café como la bebida de los pensadores y revolucionarios. La gente que frecuentaba las tiendas de café eran personas de ideas. Los “coffee shops” se volvieron espacios de discernimiento, donde se discutían temas sociales, políticos y religiosos.

“El café ha sido la bebida más radical del mundo, ya que su función siempre ha sido hacer pensar a la gente ... y cuando la gente piensa se vuelve peligrosa para los tiranos ...”

Es interesante saber que los seguidores del islam en búsqueda de  algún substituto para el vino (el cual era prohibido  por el Corán),  empezaron a consumir  café. Inclusive, la palabra que describía café y vino fue la misma por un tiempo: qahwah.  Más tarde,  el consumo de café se hizo tan popular que  empezó a incomodar a la iglesia.  El miedo que produjo esta emancipación de mentes se vio reflejado por la prohibición de su consumo y venta ya que, aparentemente, sus efectos en el humano atentaban directamente contra el orden y la disciplina, al igual que sucedió con el vino.

Si bien a nivel sociocultural existen razones bastante atractivas para su consumo, a nivel bioquímico no existe realmente un motivo de peso. Pareciera más bien un capricho de la humanidad y no una necesidad  nutricional real del ser humano.

Es más, pareciera que no existe ningún elemento nutricional tan importante en esta bebida, que justifique nuestro consumo masivo y su posicionamiento en el mercado mundial. Mucho de sus componentes (especialmente de un café sobre extraído y pasado de tueste) son amargos. Y, en la naturaleza, los gustos amargos son señales de alerta, debido a que comúnmente provienen  de productos tóxicos para los mamíferos o de frutos aún inmaduros para su consumo. Sin embargo, las sociedades han aprendido culturalmente a disfrutar de este gusto al punto de incluirlo en su dieta diaria. Es por ello que hoy en día, tomamos y disfrutamos bebidas como la cerveza y el fernet.

Ahora bien, considerando la evolución de esta bebida y lo que ha significado para las sociedades, así como nuestro afán de introducirla en la vida diaria (en contra inclusive de nuestra fisiología), hoy en día, más que un estimulante o una excusa para conversar entre amigos, el café, el buen café,  es considerado también un símbolo de estatus, tanto o más como un buen vino. Es más, el café ha vuelto a formar parte de la cultura elitista del mundo occidental y oriental  tal como fue hace siglos atrás, cuando esta bebida solo era consumida por la clase social más pudiente.

Y es que, hoy en día existe un mercado para cafés de alto costo. Cafés cuyo valor económico exceden a lo que normalmente estamos acostumbrados a pagar por una taza. Y cuando hablo de cafés caros, no me refiero al Cappuccino Venti de vainilla de 6$ de Starbucks (lo cual no crítico y de lo que posiblemente hablare en un próximo blog),  sino más bien a cafés cuyos perfiles de sabor son realmente exóticos, y no comunes de encontrar en el supermercado. Los llamados cafés de especialidad. Los codiciados cafés que encontramos en ciertos Coffee shops del mundo, y que pueden llegar a costar inclusive 75$ la taza. Cafés, que despiertan la curiosidad humana al igual que su ego por poseerlos.

En definitiva, la practica humana de consumir esta infusión  ha ido evolucionando a lo largo del tiempo  pudiendo calar muchos espacios de nuestra civilización. Desde lo medicinal, hasta lo placentero; como estimulante matutino o como símbolo de poder; como excusa social o como precursor de encuentros intelectuales, el café, en toda su expresión es una de las bebidas más variopintas que ha creado la humanidad. Y, retomando, finalmente, las palabras del señor Rhinehart,  tomamos café “Porque el café ocupa un espacio único en nuestra psique y nos permite conectarnos con otros seres humanos de una manera única y posiblemente, mística”.

Y tú, ¿Por qué tomas café?

Para ilustrarme mejor en esta tarea he usado de referencia principal  un magistral  libro escrito por William H. Ukers, “All about coffee”.